Hoy es noche de luna llena, dicen que son estos buenos momentos para tomar decisiones, momento de cambios y nuevas acciones…. Una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, no recuerdo si la tomé en noche de luna llena, probablemente, fue hacer de mi pasión mi trabajo, hacer de la práctica de yoga mi vida. Aunque realmente creo que la mejor decisión que he tomado fue la de comenzar a asistir a clases de yoga, hace ya mucho tiempo de esto…..y fue en ese momento cuando realmente empezó para mí la aventura.
El otro día, una alumna al terminar la clase me dijo que yo había nacido para esto, para dar clases de yoga, me hizo gracia, nunca me habían dicho esto, la contesté que no se si había nacido para esto o no, lo que si se es que cuando amas lo que haces, es fácil transmitirlo. Después caminando hacia casa y haciendo balance del día, de la semana, de los meses y años pasados, de la gente con la que comparto cada día mi vida, me di cuenta de que si, Cristina tenía razón, es lo que mejor se hacer: transmitir mi amor y mi pasión por el yoga, mostrarle a la gente que viene a cada clase que el yoga para mi es una forma de entender la vida, un camino, una actitud, una forma de ser y no de hacer. No entiendo la vida sin Yoga.
A mis clases asisten alumn@s de muy distintos tipos, edades y condiciones, por ello he podido comprobar y conocer como cada uno de nosotros buscamos en este camino del Yoga algo diferente y cada búsqueda es igual de interesante y respetable.
- Hay quien busca una forma de vida conociendo y profundizando en la tradición, historia, filosofía y la práctica de Yoga
- otros buscan una alternativa a la medicina tradicional que les haga recuperar la salud que el estrés de su vida cotidiana ha ido debilitando y que les alivie el dolor
- hay quien busca eliminar no solo el sufrimiento del cuerpo sino también el del alma
- hay personas que buscan un bálsamo de paz, un paréntesis para descansar del ajetreo del día, de las tensiones familiares, de las responsabilidades laborales, un oasis en medio del desierto
- hay personas que tan solo buscan en el yoga ejercicio para mantenerse en forma o porque es una moda; hay alumnas que asisten a las clases porque quieren que las escuches, que las preguntes que tal están porque quizás hace tiempo que nadie las presta atención
- hay alumnas que asisten a las clases porque sus vecinas y amigas se lo han recomendado y/o porque el médico les dijo que le vendría muy bien para relajarse
- hay otras que buscan protagonismo porque quizás en su vida cotidiana nadie las ve y sin embargo aquí nadie es invisible, todos brillan con luz propia, sin que ninguna oculte la luz de otra
- hay alumnas que por el contrario les gusta pasar desapercibidas en las clases o que son más inaccesibles pero están ahí y también brillan y las clases no serían iguales sin ellas y te transmiten su cariño y su amor por el yoga en la mirada
- hay personas que asisten a las clases porque es el momento del día para salir de casa, relacionarse con la gente, dejar de lado la soledad, la depresión, la tristeza
- hay personas que simplemente se encuentran felices y contentas asistiendo a las clases y te transmiten una energía y una luz que ilumina toda la sala y te encanta verlas cada día.
También hay personas a las que no consigues llegar, que sabes que están sufriendo y que el yoga podría aliviarles el dolor, pero no llegas a ellas, hay una barrera, y ésta es para mí la parte más difícil de impartir clases de yoga, porque incluso abandonan su práctica de yoga sin casi haberla iniciado, es en estos momentos cuando me pongo triste y pienso en que puedo haber fallado, ¿porque no hemos conectado? ¿cómo se derriban esos muros que nosotros mismos nos ponemos? luego llego a la conclusión de que quizás no se han dado el tiempo suficiente para conocer el yoga o que no es el momento en sus vidas de emprender el camino del yoga, o que simplemente no ha habido esa conexión….no he sabido transmitir las maravillas del yoga y quiero pensar que con el tiempo volverán a intentarlo aquí o en otro lugar, conmigo o con otra persona, buscarán de nuevo el yoga y lo encontrarán…porque eso es lo maravilloso del yoga, que es para TODOS!.
Lo mejor de la decisión de dedicarme en cuerpo y alma al yoga es que tengo el privilegio de compartir este camino con todas y cada una de las personas que se acercan cada día a mis clases para caminar y crecer con ellas.
Cada día es un nuevo aprendizaje, una nueva lección, una nueva aventura. ¡Queda tanto por aprender, compartir, “yoguear”!
Me siento feliz y afortunada, agradecida a la Vida y al Yoga.
Dedicado a mi familia que siempre me ha animado a continuar en este camino, apoyándome, sujetándome y a veces hasta empujándome, sin ellos este proyecto de vida no sería posible y a cada una de mis alumnas por confiar en mí su práctica y de las que aprendo cada día….
Diego P. Gracias por ser luz en los momentos en los que hay oscuridad.
Almudena Ovejero, profesora de Hatha Yoga.
Profesora de Hatha Yoga. Directora de Universo Yoga Salamanca.