1. Se estimula el sistema inmunológico.
La meditación de forma regular actúa como un antioxidante natural, aumentando el flujo de sangre y ayudando al cuerpo a deshacerse de los radicales libres.
2.Hace feliz a tu corazón.
La meditación ralentiza el ritmo cardíaco y el ritmo de respiración y aumenta el flujo de sangre al corazón, el cual se cree que tiene un efecto positivo sobre la salud cardiovascular. La meditación también se ha demostrado que sirve para disminuir la presión arterial y reducir el estrés, dos factores que contribuyen a la salud del corazón.
3. Aumenta la creatividad.
Tranquilidad, calma y concentración pueden ayudar a liberar a tu artista interior. No es de extrañar entonces que hace unos años, cuando la compañía Disney estaba en una encrucijada creativa llamaron al maestro de meditación, experto terapeuta y autor de Mente Sabia, Mente Abierta, Ron Alexander. Alexander trabajó en la empresa durante dos años para perfeccionar su visión creativa, que finalmente llevaron a la apertura de sus centros temáticos en Hong Kong, Tokio y París.
4. Genera confianza.
La meditación puede ayudarte a buscar en el lado soleado de la vida mediante la mejora de tu autoestima y la reducción de temores o fobias. Las razones exactas de esto todavía no se conocen, pero pueden ser debido al aumento de los niveles de serotonina y la capacidad de superar el conflicto interior a través de la introspección.
5. Te ayuda a ayudar a los demás.
Muchos de nosotros somos ayudantes habituales. Ponemos las necesidades de los demás por delante de los nuestras, a veces a costa de las nuestras. Cuando nos tomamos el tiempo para cultivar nuestra propia paz interior, podemos ver que ese beneficio se transmite a los que nos rodean. Estamos más tranquilos con nuestras parejas e hijos, más amables con nuestros amigos y en general somos más agradables.
Pruébalo tu mismo
La meditación a veces puede parecer un objetivo insuperable. ¿Quién tiene el tiempo para permanecer sentado durante horas cada día? La buena noticia es que no tienes que practicar durante horas para ver los beneficios. De hecho breves fragmentos a lo largo del día pueden proporcionar los mismos beneficios que una práctica más larga.
Los primeros pasos pueden ser tan simples como empezar con unos pocos minutos en la mañana antes de meterte en la ducha. Encuentra un rincón tranquilo en tu casa y trata de que sea un poco especial añadiendo un cojín o una vela. Al entrar en este espacio sabrás que es el momento de mantener tu mente enfocada.
Explora diferentes tipos de meditación. Muchos de los nuevos meditadores quedan atrapados en preguntarse si lo están «haciendo bien». Si dejas de intentar evaluar tu técnica encontrarás que eres más capaz de abrazar el momento.
Las meditaciones guiadas son una gran manera de aliviar la presión dejando que alguien te guíe a través de la práctica. Busca un maestro o compra algún libro que ofrezca una buena guía de meditación.
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