Aunque se trata de actividades muy distintas, practicar yoga y aprender otro idioma tiene varias similitudes. En este artículo, descubrirás 4 maneras como el yoga te ayudará a adquirir las habilidades necesarias para aprender un segundo idioma.
1. Adoptar hábitos positivos
El abhyasa forma parte de la filosofía del yoga. Este principio establece que, para adquirir un hábito, hace falta practicar de forma continua. Eso es precisamente lo que tienes que hacer para aprender un idioma: practicar una y otra vez para implantar en tu mente los nuevos conceptos.
2. Te mantendrás enfocado
Dominar nuevas asanas implica dedicar tiempo y esfuerzo hasta conseguir que el cuerpo y la mente trabajen de forma coordinada. Para no darse por vencida, hay que enfocarse en el viaje más bien que en la meta. Con ello queremos decir que es importante aprender a identificar los progresos que hemos hecho, por más insignificantes que sean.
Algo parecido sucede durante el proceso de aprendizaje de un nuevo idioma. Solo la constancia te ayudará a coordinar tu mente con tu boca y oídos, de manera que puedas conversar en una lengua extranjera y entender lo que escuchas. Celebra hasta los logros más pequeños y no seas tan dura contigo misma si no obtienes los resultados esperados. Así no te frustrarás ni te sentirás tentada a abandonar tus estudios a medio camino.
3. No te compares con los demás
Muchos aprendices de yoga tienden a compararse con los demás. Es verdad que ver lo que otros han logrado con mucha dedicación puede servirte de motivación. Pero también es cierto que pensar demasiado en lo que otros pueden hacer y tú todavía no podría desanimarte. Es mejor pensar en cómo comenzaste, y en todo lo que has progresado a nivel físico y mental en los últimos días, semanas y meses.
Si utilizas esta misma filosofía para abordar el aprendizaje de idiomas, tus probabilidades de tener éxito aumentarán. Fijarte en los logros de otras personas con circunstancias parecidas a las tuyas es muy inspirador. Pero no pretendas progresar al mismo ritmo que otros. Todos aprendemos a diferentes velocidades, y lo que funciona para uno no tiene que funcionar de igual manera para todos. Por lo tanto, si vas a compararte, que sea solo contigo misma.
4. No te limites a practicar solo durante la clase
Un principiante de yoga progresará más rápido si practica en casa lo que aprendió en el aula. Aplicar todos los días los principios de relajación y las posturas le permitirá hacerse más diestro en menos tiempo y ver los beneficios del yoga en su vida diaria.
Pues bien, eso mismo sucede con el aprendizaje de otro idioma: necesitas hacer que forme parte de tu vida. Puedes hacerlo si miras películas, escuchas canciones, sintonizas canales y ves vídeos en dicha lengua. Si haces caso a estas sugerencias, los resultados no se harán esperar.
Después de leer este artículo, seguramente te ha quedado claro que el yoga y el aprendizaje de una segunda lengua tienen mucho en común. De hecho, son actividades que se complementan entre sí. Acepta el reto de realizar ambas a la vez.
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