El intenso ritmo de vida que actualmente vive la sociedad, ha llevado a hacer del estrés uno de los enemigos principales de la salud en todo el mundo. Junto con el estrés sobrevienen muchos problemas de salud que se reflejan en las zonas más críticas del cuerpo, una de ella es la espalda.
Conociendo la espalda y el origen de sus dolores
Situaciones tan rutinarias en la mujer como pasar sentada horas en el ordenador, malas posturas al dormir, realizar deporte, preparar a los niños para el colegio o realizar los quehaceres diarios del hogar, pueden producir serias afectaciones en la espalda que deben ser corregidas antes de que sean irreversibles .
Para eso es importante que conozcas primero la anatomía de tu espalda y sobre todo cómo debes cuidarla para mantenerla en perfecto estado y así continuar disfrutando al máximo de los beneficios de una postura sana.
Para que la columna vertebral funcione de manera idónea esta debe ser completamente flexible, es por eso que esta no está formada por una sola estructura, sino por un sistema complejo de 33 vértebras separadas que se conectan una encima de otra y que a su vez se sostienen por un sistema de músculos y ligamentos.
Uno de los músculos que mantienen estable a la columna con el centro de gravedad es la espalda, que sirve como un contrapeso en respuesta a los movimientos del cuerpo, además de proteger la médula espinal envolviéndola alrededor de las vértebras.
Esto hace que la espalda tenga la capacidad de sostener el peso del cuerpo y funcione como una base sólida en su compleja estructura formada por 33 vértebras, 7 cervicales, 12 dorsales y 5 lumbares separadas por 23 discos.
Está alineación se ordena perfectamente de forma vertical aunque de perfil se asemeje a una curva, dándole así flexibilidad y amortiguando la presión que reciben las vértebras.
Cuando se genera un dolor en la espalda sin duda se debe a distintas causas, en especial a una serie de hábitos que por lo general damos por normales y rutinarios cuando en verdad están afectando seriamente a esta zona del cuerpo.
Uno de los principales causantes del dolor de espalda común es el largo tiempo que pasamos sentados, lo que produce que los músculos se contraigan y provoque una contractura muscular.
Otro motivo es la falta de ejercicio, ya que a medida que el cuerpo se mantiene inactivo también se originan contracciones, por lo que una actividad física adecuada evitaría este tipo de inconvenientes.
Otro hábito que origina fuertes dolores de espalda es la manera en cómo recogemos las cosas, ya que muchas veces solemos hacerlo de manera incorrecta y levantado más de lo que podemos.
Si estos hábitos han sido frecuentes y el dolor ha aparecido, aunque sea de manera leve, lo más recomendable es tomar precauciones para mejorar la postura a través de ejercicios y otros hábitos que restablezcan la salud dorsal.
Ejercicios para mejorar la salud de la espalda
Antes de que tu dolor de espalda se convierta en una patología traumatológica que requiera de fuertes analgésicos o hasta de cirugía, es importante retomar los buenos hábitos y ejercicios que reduzcan la tensión en esa zona del cuerpo.
Especialistas en terapia física han recomendado algunas rutinas de estiramientos de espalda para reducir el dolor y aumentar los niveles de bienestar, asegurando la estabilidad física necesaria para el cuerpo.
Uno de esos ejercicios básicos para aliviar y mejorar la salud de la espalda es colocar las rodillas y las manos en el suelo de manera paralela con la espalda recta en forma de tabla, y realizar movimientos de arco con la columna, así podrás estirar los músculos de la espina dorsal.
También puedes ejercitar los músculos de la espalda baja colocándote boca arriba en el suelo y llevando las rodillas hacia el pecho de manera alterna y terminando con las dos al mismo tiempo.
Para la mujer con una intensa jornada laboral se recomienda estando estirada en el suelo levantar los pies y apoyarlos en una superficie elevada formando un ángulo recto, así las vértebras descansan más, sobre todo si el día ha sido agotador.
La práctica de disciplinas como el yoga o el pilates proporcionan ejercicios ideales para preservar la espalda en buenas condiciones y libre de dolor.
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