Los beneficios del yoga son de sobra conocidos por cada vez más personas. Los que siguen la máxima “mens sana in corpore sano” encuentran en esta disciplina una gran aliada, ya que es altamente positiva tanto para el cuerpo, como para la mente y el espíritu.
Los beneficios que el yoga aporta a la mente incluyen, entre otros, la concentración o la estabilidad emocional (ayuda a aislar la mente de alteraciones).
A pesar de que los beneficios para la mente suelen ser los más atractivos para las personas que deciden practicarlo, son muchos los beneficios que el yoga también aporta al cuerpo. Se trata de beneficios distintos a los que, por ejemplo, pueden conseguirse en un gimnasio haciendo pesas.
Mediante la práctica de yoga, el cuerpo mejora la fortaleza y la resistencia, pero también la flexibilidad y la postura.
Además, practicar ciertas posturas puede ayudar a conseguir una figura más estilizada y tonificada. De hecho, diversas personalidades famosas han decidido dejarse seducir por todos estos beneficios, como por ejemplo la modelo Irina Shayk.
También varios actores deciden practicarlo para prepararse para sus próximas películas, como el actor Daniel Craig, que ya en el 2007 decidía practicar yoga para estilizar su cuerpo y encarnar a James Bond en Quantum of Solace (2008), tras aparecer más musculado en el remake de la primera novela protagonizada por Bond, Casino Royale.
Si este es tu objetivo, existen ciertas posturas que ayudan a fortalecer y estirar los músculos, ofreciendo como resultado una postura más esbelta:
La postura de la media barca: es una postura muy sencilla pero muy útil para tonificar la espalda y el abdomen. Para realizarla, deberás tumbarte en el suelo boca arriba, con las piernas juntas y las manos detrás de la cabeza. Levanta primero la cabeza y los omóplatos, hasta unos dos palmos del suelo, y a continuación levanta los pies. Mantén la postura durante unas dos respiraciones y repite cinco veces.
La postura perro cara al suelo sobre una pierna: se trata de una postura más compleja. Colócate en el suelo, sobre las rodillas y las palmas de las manos. Levanta la pelvis (formando una V invertida) y estira bien los brazos y las piernas. Intentando mantener la postura, levanta una pierna lo máximo posible. Tras varias respiraciones (en función a tu resistencia), cambia de pierna.
La postura del triángulo: Colócate de pie con los pies separados aproximadamente un metro. Orienta tu pie derecho hacia la derecha, levanta los brazos en forma de cruz y, mientras exhalas, inclínate lentamente hacia la derecha. Coloca la mano derecha en la pierna y levanta el brazo izquierdo estirándolo todo lo que puedas. Mantén siempre el tronco y la mirada al frente. Aguanta un minuto y repite lo mismo hacia el lado derecho.
La postura de la silla: esta postura tonifica especialmente los muslos y los gemelos. Coloca los pies juntos y levanta los talones. Flexiona las rodillas (como si fueras a sentarte en una silla) y levanta los brazos estirándolos tanto como te sea posible. Mantén durante una o dos respiraciones y repite cinco veces.
La postura de la tabla alta: esta postura es útil para fortalecer brazos y estilizar oblicuos. Colócate en el suelo bocabajo. Coloca las palmas de las manos en el suelo y estira los brazos. Mientras estés con los brazos extendidos, es importante que mantengas el tronco totalmente recto, incluida la zona del cuello y la cabeza.
Puedes realizar las distintas posturas de forma dinámica, es decir, pasar de una a otra como si fuera un circuito. Estas posturas te ayudarán a tonificar tu cuerpo, evitar desequilibrios musculares y crear masa muscular estilizada.
Es importante que te asegures de que realizas las posturas correctamente para evitar lesiones. En la mayoría de ocasiones, las lesiones ocasionadas por la práctica de yoga no son graves, pero surgen, sobre todo, por no colocar bien el cuerpo durante las posturas o por forzarlas. Conoce tus límites y no te fuerces, el yoga no es una competición.
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