¿Cómo de relacionados están los diálogos que ocurren en nuestro fuero interno con tu rutina junto con la habilidad de realizar los cambios deseados en tu vida? ¿Eres flexible ante los eventos que te trae la vida?
Nuestra rutina diaria actúa como frontera, es un lugar estático desde donde podemos movernos y expandirnos. Sin rutina perdemos la concentración y dirección. Sin embargo, una estructura estable requiere elasticidad. Rutina sin flexibilidad no es una realidad práctica, teniendo en cuenta los cambios constantes y circunstanciales de nuestras vidas a diario.
Por ejemplo, es importante ser flexible en cuanto a cosas como: Si no puedo realizar mi práctica de yoga a la hora habitual por la mañana en el estudio al que voy, puedes cambiar ese día y hacer una auto-práctica por la tarde o a medio día.
Una de las cosas que más me gusta del método Ashtanga es que una vez que conoces la serie sino puedes ir a una clase guiada, o no tienes internet para hacer una clase online, puedes realizar tu propia práctica, sólo necesitas tu colchoneta. Ashtanga, como otras cosas, te da esa flexibilidad. Además, sea cual sea tu práctica, siempre puedes acortarla. Es mejor acortar que eliminarla de tu día. Muchas veces la práctica que más quieres evitar es la que más necesitas, la que más te va a ayudar.
Con la flexibilidad viene la consistencia y tu ser en vez de ser un recipiente limitado, se convierte en un recipiente en expansión.
Muchas veces he comentado que en la práctica de yoga la flexibilidad puede resultar ser una carga en vez de una ventaja. Es muy importante estar atentos y vigilar nuestro cuerpo. Lograr un equilibrio entre fuerza y flexibilidad, carencia de fuerza y exceso de flexibilidad fácilmente puede lidiar en lesiones. Podemos llevar nuestro cuerpo a lugares dónde no estamos realmente preparados. Cuántas veces se ha oído el tópico de “Yo no puedo hacer yoga, no es para mí, yo no soy flexible”. Es más fácil para un profesor y más seguro para un alumno, cuando una persona tiene poca flexibilidad. Ya que va a desarrollar todos los elementos al compás, por supuesto será un camino desafiante y duro muchas veces pero más seguro. En cambio, una persona flexible tiene que saber decir “no”, lo cual muchas veces es un reto emocional más que físico.
Otro ejemplo, esta vez de cómo expresamos las cosas y cómo nos pueden afectar de forma negativa o positiva. Si no me gustan mis piernas puedo decir: Mis muslos son enormes, te invito a que hoy trates de cambiar, de ser flexible y en vez busques expresiones como: Mis piernas son sanas y fuertes.
Asimismo, si nuestra mente es rígida podemos dejar pasar la oportunidad de conocer otras personas y permitir que entren en nuestro interior. Protegiéndonos con una armadura tan fuerte que puedes estar perdiéndote la profundidad de relaciones personales, el dejarse llevar, y confiar.
Crear más espacio en tu cuerpo con los estiramientos intensos que proporciona el Yoga, puede crear espacio similar en tu vida para otros seres maravillosos.
“La fortaleza de un árbol depende de cuánto se puede inclinar sin romperse”
#Amayoga
Nita es profesora de yoga, escritora, trotamundos y vídeoblogger.
Tras seis años de práctica y especializada en Ashtanga Vinyasa (certificada por Yoga Alliance International) decide promover sus conocimientos a través de El Reino de Nita.
Una mezcla de distintos tipos de yoga, filosofías y perspectivas ofrecidas gratuitamente a través de su canal de Youtube y redes sociales.