En mis primeros años de yoga, nunca habría imaginado poder practicar yoga en mi propia casa. ¿Qué sabía yo de yoga? Confiaba plenamente en mi instructor y le quería cerca de mi cuando estaba practicando. Mientras pudiera asistir a unas cuantas clases a la semana, yo estaba feliz.
Haz lo que puedas, donde puedas
Después de mudarme a un pequeño pueblo sin yoga, aún no me sentía cómoda para practicar por mi cuenta, quizás por razones de inseguridad, desconfianza, falta de disciplina.
Al aceptar que no me sentía lo suficientemente preparada para continuar con una practica de yoga por mi cuenta en casa, acepté un estilo de vida sin yoga. Dejé a un lado mis revistas de yoga que llegaban cada mes y me trataban de guiar en mi practica personal de yoga en casa, evité la repetición aburrida de videos de yoga y durante meses, sustituí el yoga por la cinta de correr de mi apartamento y por clases de pilates.
No era yoga, pero sentir que hacía ejercicio físico era importante para mí. Aunque no era capaz de practicar yoga que era lo que quería, si traté de continuar con una practica de ejercicios físicos que le vinieran bien a mi cuerpo. A pesar de mi primera actitud un poco extraña hacia la práctica de yoga en casa, ahora me sorprendo a mí misma haciendo una postura o dos, sólo porque me apetece, porque mi cuerpo me lo pide.
Soy propensa a sufrir dolores de espalda, y de vez en cuando poder practicar unos sencillos ejercicios de yoga para la espalda en casa son ideales para poder estirar mi cuerpo.
Olvídate de tus expectativas
Volviendo la vista atrás, creo que los mayores obstáculos que tuve fueron las nociones preconcebidas de lo que una práctica en casa es o debería ser (las nociones aún se interpone en mi camino de forma regular). Una práctica en casa no tiene por qué ser una réplica exacta de lo que hace el maestro. Puede ser lo que tu cuerpo necesita o quiere hacer en ese momento.
Date tiempo
Si has asistido a un par a clases de yoga, seguro que ya eres capaz de recordar algunas asanas sencillas que podrás ir trabajando en casa. Puedes empezar por ahí. Escoge un espacio en tu casa tranquilo y agradable, tomate un tiempo cada día para empezar a construir tu propia práctica en casa. Comienza con los ejercicios que más te apetezca hacer, y ten actitud y una mente abierta. No te juzgues, ten paciencia ¡y ponte a practicar!
Fuente: Yoga At Home? Yes, You Can! por Rachel Mack
La web de los amantes del Yoga