El yoga acuático, también conocido como «Water Yoga», es un ejercicio que une los beneficios del yoga tradicional con la satisfacción que produce el agua.
Una de las principales ventajas de practicar este estilo de yoga es que no provoca riesgo de lesiones, ya que al realizarse sobre el agua se minimiza considerablemente el impacto articular y la sobrecarga muscular.
Esta disciplina está especialmente recomendada para aquellas personas que sufren lesiones de artritis o tienen capacidades corporales limitadas. También es muy adecuada para personas con sobrepeso.
El ejercicio principal consiste en inspirar y espirar en el agua. Luego se trata de coordinar movimientos y respiración con posturas tradicionales de yoga. Después, realizar torsiones del cuerpo, sobre todo de la columna vertebral.
Por último, tras vaciar el aire de los pulmones, hay que sentarse y tumbarse en el fondo del agua, relajando el cuerpo y dejándose llevar durante unos segundos por los movimientos del agua.
Es muy recomendable practicar water yoga para mantener un peso adecuado, flexibilizar tu cuerpo y relajar tu mente, especialmente en la temporada de verano.
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